miércoles, 23 de agosto de 2006

Ab urbe condita

Ab urbe condita - Parte I
Una calurosa mañana (estamos en kalenda julius), Dionisio Augusto Glauco, el praetor militia de Colonia Narbona, ingresó a la vivienda comunitaria de tres plantas, justo enfrente de la estatua ecuestre de Narbo Martius. El guardia urbano se hizo a un lado para dejarlo pasar y Dioniso lo saludó con un imperceptible movimiento de cabeza. Adentro ya estaba Rufus Gallaecintorix, su principal lugarteniente.
Extraña pareja era la que formaban Dioniso y Rufus; no podían parecerse menos. El praetor era bajo, delgado y vestía sobriamente. Llevaba el escaso pelo negro que le quedaba cortado al rape. Por el contrario, Rufo el galo, era un hombretón de casi 5 palmites. Vestía ropas coloridas y llevaba el largo y lacio cabello rubio arreglado en dos trenzas, que le llegaban hasta el pecho. Las trenzas estaban adornadas con cintas y piedritas de colores. Para un conocedor de la cultura gala, no hacía falta preguntarle a Rufus a que tribu pertenecía, los colores indicaban claramente que era un Oestrimnio. Aparte de eso, se complementaban a la perfección.
-Bien Rufus, ¿que tenemos aquí?
-Mario Cayo Noviodunum, profesor de la Universidad Narbonensis, oriundo de Lutecia, 55 años.
-¿Quién lo encontró?
-El casero; ya lo interrogué. Dice que escuchó al occiso discutir violentamente con alguien y ruidos de lucha. Trató de entrar pero la puerta estaba atrancada por dentro. Salió en busca de ayuda y encontró al guardia que está afuera. Forzaron la entrada y lo encontraron. No había más nadie.
Dionisio se agachó junto al cuerpo y levantó un poco la sábana que lo cubría.
-¿Heridas?
-El galeno aún no llega, pero mire esto.
El galo levantó aún más la sábana, dejando al descubierto un agujero del tamaño de una moneda de un cuarto de denario en el tórax. La tela de la camisola que llevaba puesta el muerto estaba quemada alrededor del agujero y la herida parecía cauterizada.
-Le atraviesa de lado a lado. No se encontró el arma.
-¿El arma? ¿Que arma puede producir esta herida? Rufus, trae al casero.
La Galia Narbonense, así llamada en honor a Narbo Martius, era provincia del Imperio desde el 635 A.U.C.. La capital era Colonia Narbona, aunque la ciudad más importante era el puerto de Marsilia, en la costa del Mediterráneo. Dionisio Augusto Glauco era el praetor militia (jefe de policía) desde el 1557 A.U.C., es decir, hacía dos años ya.
El casero era un sexagenario, de aspecto enfermizo y color amarillento. Estaba apesumbrado por la muerte del educator Mario Cayo Noviodunum, quién era un inquilino tranquilo, cumplidor y afable. Solían charlar al anochecer y compartir unos sextarii de vino.
-Pero últimamente había cambiado. Se volvió desconfiado, avius, usted sabe, inaccesible. Se encerraba en sus habitaciones. Su vida se volvió caliginosus, tenebrosa.
-¿No recibía visitas?
-Una joven venía de cuando en cuando, su asistente.
-¿Como se llama? ¿Donde la encuentro?
-Creo que su nombre es Targa algo. Le mandaba recados y mensajes a través de los párvulos que juegan en la calle.
Rufo el galo no necesitó que su jefe se lo pidiese, salió y volvió sujetando de un hombro a un niño de unos 10 años. Descalzo, un poco sucio, con manchas de fruta en su camisa, el rapaz parecía asustado.
-No temas. ¿Conocías al educator Mario? preguntó el praetor con una sonrisa.
El niño asintió con la cabeza.
-¿Y el educator Mario te mandaba a alguna casa, no es así?
-Si señor.
-Bien. Toma esta moneda y guíanos a ella.

Ab urbe condita - Parte II
Cruzaron tres calles y el niño les señaló una casita amarilla entre el balneum público y una tienda de abalorios. Llamaron a la puerta y fueron atendidos por una joven de unos 20 años. No era una belleza, pero tenía una figura armoniosa. Luego de presentarse, el praetor le preguntó:
-¿Conoce usted a Mario Cayo Noviodunum, de profesión educator?
-¡Él lo sabía! ¡Sabía que algo le podía pasar! exclamó entre gestos de dolor.
-Efectivamente, ha muerto. Por favor, tome asiento y trate de calmarse.
La muchacha lloraba quedamente y se golpeaba el pecho del lado izquierdo en señal de dolor.
-El profesor era un hombre muy bueno. Pero hace un mes descubrió ciertas ... señales o signos,
no lo sé, que lo perturbaron grandemente.
-¿Que tipo de signos?
-No me lo dijo, una noche se lo pregunté y me contestó "Targa Rimorchium, es muy peligroso lo que he descubierto, es mejor que lo ignores todo" y nunca volvió a hablar sobre el tema.
-¿Cuando fue la última vez que lo vió?
-Antes de ayer, en la Universidad Narbonensis. Pero me envió un paquete anoche, aún no lo he
desenvuelto. Rapidamente, la joven se levantó y trajo un paquete envuelto en tela y atado con tiras de cuero.
Tenía atachado una nota: "Targa, por favor guarda esto en lugar seguro. M"
El praetor tomó el paquete, dirijió unas palabras de consuelo a la muchacha y partió rumbo a su habitación en el cuartel.
Ya había anochecido cuando Dionisio se sentó en su mesa, prendió unas velas y se sirvió un vaso
de vino. Cortó las tiras de cuero y desenvolvió el paquete. Contenía unos manuscritos. Comenzó a leer la apretada caligrafía del finado.

Ab urbe condita - Parte III
Los gallos cantaban al sol naciente cuando terminó. Las velas se habían convertido en unos cabos humeantes. No estaba seguro de haber comprendido lo que el profesor había querido transmitir, seguramente estaba loco. Vertió un poco de agua en una bacinilla y se lavó la cara para despejarse.
¿Que significaba? ¿Que quería decir el profesor con que Julio Cesar, el primer emperador debió morir asesinado en 709 A.U.C.? ¿Y como era eso de "La masacre de Saltus Teutoburgiensis" en 762 A.U.C.? ¿Masacre? ¡Ninguna masacre, grandiosa victoria de Varo que convirtió a la Germania en provincia romana!
Así seguía el manuscrito por varias páginas, nombrando hechos que debieron suceder de forma distinta, pero que a último momento, la aparición de un extraño o una nota anónima, provocaban un cambio en los hechos.
Pero había datos aún más inverosímiles.
Por ejemplo, el profesor había escrito que Roma (¡La mismísima Roma!) fue saqueada en el 1163 por unos bárbaros del norte y que el Imperio había desaparecido en el 1229.
"Ja,ja,ja, esto si está bueno" pensó Dioniso.
Si no recordaba mal lo que le habían enseñado en sus clases de Historia, en el 1160 se había rechazado una invasión de unos pueblos de Scandia en las provincias al norte de Germania, Vandalia y Cimbria, y además se había creado la provincia de Sarmatia, al norte del Ponto Euxino. Por otro lado, en el 1230 el Senado había logrado poner por segunda vez consecutiva en el trono imperial parto a un noble "romanófilo", con lo cual había asegurado la frontera de la Mesopotamia.
A excepción de algunas incursiones producidas hacía ya 150 años en los oasis de Arabia Magna, por parte de una secta de fanáticos religiosos (prontamente eliminados), el Imperio vivía una era de Pax, y el comercio florecía, con la aplicación de la máquina inventada por Hierón, que aprovechaba la fuerza del vapor en telares, navíos y carpentums ferrum.
¿Entonces? Según el fallecido profesor, unas fuerzas que no eran de este mundo (o de este tiempo, el profesor no era nada claro al respecto) habían torcido el rumbo "natural" de las cosas, ayudando a Roma, vaya uno a saber con que oscuros fines.
-¿Encontraste algo, Dionisio?, preguntó Rufus Gallaecintorix.
-Solo desvarios de un loco, contestó Dionisio Augusto Glauco, praetor militia de Colonia Narbona. Guardó los manuscritos del chiflado profesor Mario Cayo Noviodunum.
-Rufus, acompáñame al comedor comunitario, en busca de un buen desayuno.

Nota: Los romanos contaban los años desde la creación de Roma: ab urbe condita (A.U.C.). Fue Terencio Varrón quien estableció, definitivamente, que la fundación de Roma había tenido lugar en el año 753 a.C.

28 comentarios:

Anónimo dijo...

“nombrando hechos que debieron suceder de forma distinta, pero que a último momento, la aparición de un extraño o una nota anónima, provocaban un cambio en los hechos.”

Corregime si estoy equivocado, pero ¿lo que querés decir es que a estos romanos les habían enseñado una historia conveniente? ¿O esta es una especie de “else world” donde los hechos en sí son afectados por la mano de un ser supernatural? Está muy interesante.

Manoloki dijo...

Mostro, desde Pavana que no leo una ucronía tan buena como está.


Tocayo, creo que lo que el Mostro describe es una ucronía. Un tiempo que jamás existio surgido de un accidente histórico (en este caso, el hecho de que Julio Cesar no hubiera sido asesinado)

Isabel Barceló Chico dijo...

Supongo que no se quedará aquí esta historia. Habrá que saber porqué el profesor ha sido asesinado... Saludos cordiales.

@*Chechu*@ dijo...

Hola! Recorriendo un poco el mundo de los blogs encontré esta página. Ahora más te vale que sigas con la historia!! Me parece buenisima tu escritura, seguí así!! (Eso sonó un poco falso, pero por favor no me exijan a estas horas de la noche!!)
Besotes!!
@*Chechu*@

TINTA DEL CORAZON dijo...

MOSTRO:¡¡¡ QUE CAPO!!!ME ENCANTAN LOS RELATOS INTEDIMENSIONALES.
UN ABRAZO.
PENSE QUE EN CUALQUIER MOMENTO APARECIA EL CHUPACABRAS!!!

TINTA DEL CORAZON dijo...

MoSTER querido,perdon por perderme tus relatos monstruos, deberias buscar un dibujante y juntos harian estragos bizarros y neo. neo.
Los sapitos verdes teñemos mañas, nos teñimos de azules para robar un beso,el robado beso nos destiñe y las delusionadas damas no hacer volar a escobazos, con alas aterrizariamos mejor,
uN abrazo

Blanca Lewin dijo...

Sí, señor. Es el mismo, de Cuatro Cabezas, pero Made in Chile.
Saludos!

AlegriadeQuerer dijo...

La amistad es un tesoro que tu y yo compartimos,
Un entrañable lazo que nos une a través de nuestro espacio

La amistad es un rayo de luz cuando la oscuridad nos envuelve;
Una fresca brisa de mar cuando vagamos en el desierto.

Amistad es lo que tu y yo tenemos, Lo que compartimos día a día,
Gracias por tu valioso regalo por darme sin condiciones tu hermosa amistad.


Tu amistad para mi es un regalo de Dios


Con amor yudelka

Anónimo dijo...

mira... vine a visitarte, tengo gripe y pocas ganas de leer... te parece si leo luego y por ahora te dejo un beso y un saludo? decime q si, porfa!

una hippie del 70 dijo...

Solo pasaba a agradecer tu visita...no tengo mucho tiempo, prometo leer el relato luego....una sonrisa para tí.

BUDOKAN dijo...

Impresionante relato, la verdad que saco la misma conclusión que a los romanos les enseñaron una historia conveniente. Saludos

El Mostro dijo...

Gracias a todos por sus visitas y elogios!

Solo Yo dijo...

Interesante relato

El Mostro dijo...

Pariente de Napoleón Solo? :)

Anónimo dijo...

Tu relato paradòjicamente se debate entre la mitologìa y la ficción lo cual lo hace muy interesante , entre el pasado y el futuro , entre la imaginaciòn y la realidad .

De tu historia saldrian mil màs , es maravilloso leerte .

Paz/

El Mostro dijo...

Ay Paz! me hacés poner colorado... muchas gracias

Salvatore dijo...

¡Esto está poca madre! Jamás había leído algo así. Me parece que este blog me va a gustar bastante, felicidades enhorabuena. Prometo regresar más seguido.

El Mostro dijo...

Gracias Salvatore!

Recomenzar dijo...

Bueno aprendi un montón
Gracias por tu comentario

Salvatore dijo...

Esto está padrísimo. La verdad es que esta es la segunda vez que lo leo, y me parece maravillos que alguien en esta era de sinrazones y sin sentidos se interese en la Historia como tú.

Te felicito una vez más y te mando un saludo.

peregrina dijo...

dos de la madrugada y fiebre y yo enganchada leyendo tus historias. me voy Con Dioniosio Augusto Glauco a descansar.
Abrazo

El Mostro dijo...

Es el mejor de los elogios, gracias Peregrina!

IMAGINA dijo...

¿Y Astérix no andaba por ahí?
Excelente relato. Espero que tenga continuación.
Saludos,

El Mostro dijo...

Gracias Imagina!

Anónimo dijo...

nombrando hechos que debieron suceder de forma distinta, pero que a último momento, la aparición de un extraño o una nota anónima, provocaban un cambio en los hechos. recorriendo le encuentro un beso.

El Mostro dijo...

Otro para vos!

Lady Greta dijo...

bienvenido al bosque, me encantaron tus letras, me gusta mucho lo que escribes regresa pronto y comentame que aqui todo es bien recibido.
Saludos
Greta

El Mostro dijo...

Gracias Greta!