martes, 19 de junio de 2007

Perdido

"En una cierta llanura de Palantia, los celtíberos habían ocultado un grueso contingente de tropas en las estribaciones boscosas de las montañas y, con otros, atacaron abiertamente a los romanos mientras recogían trigo.
Escipión ordenó a Rutilio Rufo, que tomase cuatro cuerpos de caballería y pusiera en retirada a los asaltantes. Rufo los siguió, en efecto, cuando se retiraban con excesiva torpeza y alcanzó con los fugitivos la espesura. Entonces, al descubrir la emboscada, ordenó a los jinetes que no entablaran una persecución ni atacaran todavía, sino que se quedaran quietos presentando las lanzas y se limitaran a rechazar el ataque.
Escipión, dividió su caballería en dos cuerpos y les ordenó a cada uno que cargaran contra el enemigo alternativamente, y que se retiraran al punto después de disparar sus jabalinas todos a la vez, pero no hacia el mismo lugar, sino colocándose en cada ocasión un poco más atrás y retrocediendo.
De esta forma, consiguió llevar a salvo a los jinetes a la llanura. Pero algunos hombres se perdieron.
Uno de ellos, Mancio Dioniso Glauco, despojado de su cabalgadura, caminó entre los desfiladeros montañosos.
Y hete aquí que oculta en un profundo valle, encontró una cueva.
Buscando refugio, Mancio Dioniso Glauco penetró (en la cueva) y descubrió una mujer.
Ella le dijo "Bebe el agua de esta ánfora, romano y descansa en ese montón de paja."
Él así lo hizo. Y durmiose.
Y ella esperó ese momento y mordiéndolo en el miembro, bebió su sangre.
Y Mancio Dioniso Glauco nada pudo hacer, por hallarse atrapado por los embrujos de la mujer, que era una lamia."

13 comentarios:

Mónica dijo...

Me gustan mucho tus mostrosos relatos.

Especialmente esta noche de sábado que como Lucho, me toca trabajar en la soledad.

Un saludo.

El Mostro dijo...

Gracias Mónica!

woui dijo...

de nada...
te voy a seguir leyendo..

BUDOKAN dijo...

Disculpa lo reiterativo pero tus relatos son un placer para la lectura. Saludos!

El Mostro dijo...

Gracias don Budo, pase cuando quiera!

Viejito Cibernetico dijo...

Sr. don Monstruo

Cómo está, como está la Argentina, el frío ha hecho presa de usted? o su castillo tiene calefacción central. Acá, al otro lado, no me saco el chalónd e la piernas y el amargo no me falla.

Un abrazo,

el veterano

El Mostro dijo...

El viejito trasandino! Si, el frío me tuvo a maltraer. Un abrazo.

:: BajoYo :: dijo...

Me estoy deleitando con sus cuentos Don Mostro.

Muchas Gracias por compartirlos

P.D.: Por las dudas aléjense de las cuevas y más aún de las buenas doncellas samaritanas.

El Mostro dijo...

Es uhnj placer, Don Bajoyo

Anónimo dijo...

Además del relato , me encantó el tonito de tu idioma , no miento pero casi pude escucharte .

Paz/

Anónimo dijo...

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Paz/

El Mostro dijo...

Muchas gracias Paz!

El Mostro dijo...

Muchas gracias Paz!